Son signos eficaces de la gracia, instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, por los cuales nos es dispensada la vida divina.
Los Sacramentos expresan y realizan una eficaz y profunda comunión entre nosotros, porque en ellos encontramos a Cristo Salvador, y por él, a nuestros hermanos en la fe. Los Sacramentos no son apariencias, no son ritos; los Sacramentos son la fuerza de Cristo, está Jesucristo, en los Sacramentos», explicaba el Papa Francisco, en su libro: «Catequesis sobre los sacramentos».